Imagen tomada de la Red
Cuando se acaba el día en la
reserva recoge la basura que los turistas han ido tirando por todas partes. La pone junto a unos leños y
enciende el fuego, esta vez de verdad.
Espera a que el humo se haga
cada vez más espeso y luego con una manta empieza a dibujar en el cielo; el
atardecer rojizo despierta su inspiración: caballos, flores y algún rostro
femenino. Poco a poco se apaga el día y la brasa. Solo así logra dormirse.
Gracias Pau por participar. Suerte.
ResponderEliminarSi alguien quiere hacer un dibujo, ilustración de este microrrelato será bienvenida, si consigo que haya una para cada uno los podría añadir en el archivo pdf preparado con todos los micros presentados.
Un saludo Indio
Mitakuye oyasin