Pages

jueves, 5 de julio de 2012

Ruidos



Los petardos y los cánticos de apoyo a los campeones por el triunfo de ayer; el cumpleaños feliz dedicado al pequeño de los vecinos y las sillas rayando el suelo de un lado a otro; la alarma que avisa de que me faltan diez minutos para salir hacia los Juzgados; el agua de la cisterna del váter; el impacto de las chanclas al caer lanzadas al suelo; el taconeo de mis zapatos al bajar por las escaleras; los jadeos de mi respiración; el portazo al salir a la calle; los acelerones de mi coche; el timbre del portero automático al llegar; los gritos de mis hermanos que reclaman su parte de la herencia y los latidos desbocados de mi corazón al recordar que durante los cinco años de la enfermedad de nuestro padre, ni apoyo ni consuelo. De estos mal nacidos, tan sólo un rotundo silencio.

11 comentarios:

  1. David, cuanto movimiento tiene tu relato, es un no parar. En cuestiones de herencia siempre hay egoístas y agraviados, los que estuvieron y los que no.

    La cuestión es no dejar nada o atarlo antes de la muerte del susodicho.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Suele suceder...

    A ver si el abogado los cruje.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  3. Leer ruidos, todo un placer.
    Me gustó, me gustó.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Ruído donde antes hubo silencio y ausencia. Qué pena, pero qué bien que el padre, al menos, no pueda ver ya el retorno de los cuervos.
    Enhorabuena, David.

    ResponderEliminar
  5. Es un micro muy dinámico que luego contrasta de forma muy eficaz con el final, ese silencio de los cuervos esperando recoger sus objetos brillantes. Pasa mucho, muchísimo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Es el silencio del final lo que da valor a todos los demás ruidos, me ha gustado mucho cómo lo consigues.

    Saludos:-)

    ResponderEliminar
  7. Bien buscado el contraste de los ruidos con ese silencio ensordecedor también del resto de la familia. Vaya cuervos. Saludos

    ResponderEliminar
  8. El silencio es agradecido tras el ruido. Como la tempestad y la calma.

    Saludos y un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Llego tarde, pero llego, David.

    Este es un micro tremendamente sonoro, que a través de los ruidos cotidianos nos dibuja el destino del protagonista. Muy buena técnica.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Coincido con la dinámica, el ritmo, y destaco ese silencio del final que, paradójicamente, me parece el ruido más atronador de todos los descritos.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  11. Luchar, luchar y seguir luchando. Ahí estamos, apoyando. Muy buena tu aportación, Indio.

    Abrazos al por mayor.

    ResponderEliminar

Si tienes algo que decir, algo que opinar, algo que aportar, si te ha gustado, si te ha parecido aburrido, si tienes alguna queja, en definitiva si te ha sugerido algo, sólo tienes que comentar.
Si lo haces te doy las gracias, si prefieres callártelo, también te las doy.