Imagen tomada de la Red
Mi
abuela era Naskapi. Mi madre era Naskapi. Yo soy Naskapi. Mi abuela era una
mujer de agua. Su vida transcurrió ligada al río Mattawa, que se reflejaba en
sus ojos con un insólito brillo. Cocinaba en su orilla, navegaba por él
y amaba las grandes tortugas que
chapoteaban en los atardeceres arrebatados. Nos pidió, un poco antes de
morir, que lanzáramos sus cenizas a las aguas; solo así podría descansar por
siempre. A menudo también yo me dejo acunar por nuestro río. Leo en su
orilla a la luz de sus tardes encendidas, y disfruto del chapoteo de las
tortugas; una de ellas con un insólito brillo en sus ojos arrugados.
Gracias Reyes por participar. Suerte.
ResponderEliminarBlog:
http://www.adondelcaminoira.blogspot.com.es/
Si alguien quiere hacer un dibujo, ilustración de este microrrelato será bienvenida, si consigo que haya una para cada uno los podría añadir en el archivo pdf preparado con todos los micros presentados.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Entrañable cuento. Felicitaciones, abrazo.
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