Imagen tomada de la Red.
Con cuidado para que no se les
caigan los alfileres de las costuras, Zipi y Zape saltan desde la estantería al
suelo. – ¡Bien!- exclama Zipi de manera involuntaria, el niño gordinflón duerme
profundamente. – Se va a enterar de lo que vale un peine- susurra Zape. De
puntillas recorren el pasillo, pasan por
la habitación de los padres, en silencio y a oscuras, llegan a la cocina, abren
el frigorífico, cogen una caja de leche y un paquete de galletas de chocolate.
- ¡Qué ricas!- se las comen todas dejando un reguero de migas esparcidas sobre
la mesa. Mañana durante el desayuno alguien será regañado.

Muy bueno, David. Dulce venganza la de Zipi y Zape de la que debemos imaginar los motivos.
ResponderEliminarEs la segunda apuesta para el REC de esta semana que leo y que bascula hacia la ternura, y me resulta curioso, teniendo en cuenta el cariz de la frase inicial.
Me ha gustado mucho tu micro.
Un abrazo,
¿tienes esos muñequitos con alfileres? ¿los sacas a pasear por la calle?...jajá ¡qué bueno!. Como dice Pedro, un micro tierno y con un toquecito de entrañabilidad. A mí la frasecita me condujo por otros derroteros. Al tuyo le encuentro un momento de humor, que a pesar de la venganza, me ha hecho sonreir mucho.
ResponderEliminarUn beso David.
Sólo me sumo a los elogios anteriores. A mi me faltó tiempo para escribir la idea que tenía.
ResponderEliminarDos trastos muy conocidos, pero invisibles para ojos que no tengan un punto de inocencia.
ResponderEliminarAbrazos inocentes.
Nadie más traviesos que Zipi y Zape. Pobre gordinflón, sin haber hecho nada... Saludos
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