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lunes, 4 de marzo de 2013

Vasos comunicantes



Imagen tomada de la Red



Cada 4 de marzo al pobre Lucas le ocurre lo mismo. Sufre episodios intermitentes de mareos y vértigos que finalizan en una emisión involuntaria de agua, muy salada, a través de boca y orificios nasales. No le da tiempo a taparse como han comprobado hoy la profesora y los compañeros de clase, sus abuelos, varios conductores de autobús y su mejor amiga. (Cuide usted señor lector con su pantalla por si acaso).
El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores no se equivocó al recordar que fue un fatídico 4 de marzo cuando aconteció el naufragio de El Virgen del Mar. Y los padres del chico iban dentro.

8 comentarios:

  1. ¡Caray! Luisa se ha adelantado con la reflexión. También pensé en lágrimas.

    ¡¡Muy bueno, David!!

    Un abrazo,

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  2. Como dicen Luisa y Pedro, o son lágrimas, o es que en el aniversario de sus padres este es poseído por sus espíritus que vuelven desde el fondo del mar. En cualquier caso, me parece muy curioso y original la historia de Lucas, Indio.

    Un abrazo,

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  3. Muy original la historia. Por el título deduzco que de alguna forma está conectado al momento de la muerte de sus padres.

    Besitos

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  4. Muy original esta forma sobria, casi científica, de contar el triste aniversario del chico. Todos llevamos dentro algún naufragio.
    Besos

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  5. Anda! Y lo peor es que el 4 de marzo para Lucas siempre estarán marcados por agua de mar. Pobre. Saludos

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  6. El agua salada, lágrimas y mar para añorar a los seres queridos.
    Muy bien elegido el título.

    Abrazos sequitos.

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  7. Muy original sobre todo en le título y en la forma de llevar el relato.

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