Hombre pez de Paula Plaza Moreno
Sorteando las olas y a grandes
zancadas se aleja de la costa un hombre. Cuando alcanza la línea del horizonte
de sus riñones han emergido dos aletas cartilaginosas con las que se propulsa y
salta para caer de cabeza y sumergirse dentro del mar; allí menea en trepidante
zig zag una cola recién formada. A la vez que expira una última bocanada de
aire, su cuerpo se encoge para encajar las últimas escamas. El proceso ha sido
rápido. Quizá segundos. Y un pez con sus aletas, branquias y escamas se pierde
en la oscuridad abisal.
Vuelta a las raíces, y qué rápido. Parece que estuviera huyendo.
ResponderEliminarMe gustó.
David, una metamorfosis narrada de forma muy poética y oceánica.
ResponderEliminarBuen microrrelato.
Abrazos.
A veces estaría bien poder realizar ese viaje y perderse, ya me entiendes. Saludos
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