MATRIOSKAS
Son como gotas de agua, el
padre, el hijo mayor y el más pequeño. Calcos de la naturaleza. Enredos de la
genética. Bucles de la realidad. Los mismos rizos, las mismas pecas
distribuidas por el cuerpo. Las mismas miradas pétreas y hormigonadas.
Idénticos. Por un agujerito ahora puede vérseles, al pequeño en el colegio, pinchándole a una niña en la
mano con la punta de unas pinturas; al mayor en el patio del instituto,
quitándole el almuerzo a una compañera sin temblarle ni una ceja y al padre,
regresando a casa. Una casa donde la madre, aguarda temblorosa su llegada.
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Esta semana el microrrelato ganador es de Lola Sanabria y el resto de finalistas: Ángel Saiz, Rafael Olivares, José Manuel Dorrego y Óscar Quijadas. A todos ellos también la enhorabuena.
Si que son tal para cual, por desgracia para quienes les sufren. Eso seguro que no ocurría en las familias de indios americanos, seguro que eran más nobles.
ResponderEliminarMuy buen relato, David. Felicidades y un abrazo
Muy buen relato David. Felicidades!También eres un habitual de Wonderland!
ResponderEliminarEnhorabuena. Saludos
ResponderEliminarEnhorabuena.
ResponderEliminarRelato duro que otorga todo el peso a la genética, lo cual anula la esperanza.
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