Imagen tomada de la Red
FUEGO AMIGO
Cuando se prendieron las cortinas de la cocina, los dos nos miramos
y sabíamos que no había ya nada que hacer por ellas. En cuanto se oyeron las
llaves girando la cerradura de casa, mamá se lanzó hecha una furia hacia la
puerta y de su boca salieron sapos y culebras envueltas en bolas de fuego. Papá con la cabeza baja y su camisa manchada
de vino, tan solo acertaba a decir que sería la última vez, aunque lo mismo
dijo hace diez días mientras se consumían en llamas las cortinas del salón.
Micro redondo, buen intendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Esa casa tiene poco futuro.
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