Ajo arriero, Agur. Barracas. Cabezudos, capotico, claretes, comparsas, corrales, cuadrillas… cada 6 de julio por la mañana, mientras me dirijo a Pamplona, repaso mentalmente mi diccionario sanferminero. Charangas, chistorra, chupinazo. Encierro, estafeta. Gigantes. Hemingway… a cada palabra, a cada kilómetro recorrido crece la expectación. Kilikis, kalimotxo. Mercaderes, mozos... En la “P”, que también es de pacharán, pañuelicos, peñas, pintxos y potes, lo es sobre todo de Papá y aquí el recorrido se hace lento, su mayúscula se emborrona en cuanto miro al asiento vacío donde solía acompañarme. Cuatro años ya de ausencia, cuatro años de extrañamiento. Consigo avanzar por la “R”de recuerdos, riau riau. Santo Domingo... Y sin apenas darme cuenta, estoy gritando en la Plaza Consistorial junto a cientos de pamplonicas, por él y como le gustaba: - ¡VivaSanfermín!¡Gora San Fermín!.
vaya giro le has dao...........no consigo adivinar quien es el "ausente"
ResponderEliminarvisir, el ausente es el padre del protagonista del microrrelato 🤔🤪
ResponderEliminarjoder claro......falta de concentración......
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