La muerte se ha olvidado de nosotros camarada- le dice mientras rechina la tierra entre sus dientes. De vez en cuando escuchamos algún murmullo, el ruido lejano de un motor, el viento que ulula. Y ya. Después, silencio y abandono. - Ni vivos, ni muertos – puntualiza. Con los huesos rígidos e inertes, como si no nos pertenecieran.
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Microrrelato, después de mucho tiempo, para la noSER.