“Hay otros mundos pero
están en éste” – le dije a mi mujer nada más levantarnos esta mañana. “Hay otros
mundos pero están en éste” – recordé a mi vecino cuando bajábamos en el
ascensor. “Hay otros mundos pero están en éste” – contesté a mi madre por el
móvil cuando me preguntó si iba a ir a comer. “Hay otros mundos pero están en
éste” – grité al taxista que casi me atropella al cruzar la avenida… Todos ellos me
replicaron que si estaba loco. Que de qué mundos hablaba. Que sólo conocían
uno… Pobres, quizá un poco
loco sí esté. Pero el caso es que me había recién acabado de leer el libro de Rosana Alonso, Los
Otros Mundos, editado por Talentura.
99 microrrelatos, 99 mundos de fantasía
flotando en éste, nuestro mundo real; o mejor aún, 99 mundos de realidad
flotando en éste, nuestro mundo de fantasía. Porque realidad y fantasía se
confunden aunque no seamos conscientes, aunque no sepamos verlo. Qué es lo real, qué es fantasía...
Globalización, El intercambio, Luz de gas, Desaparecida, El inquilino,
Conspiración, Buenos modales, Breve ensayo sobre la lucidez, El juego,
Solidaridad, La dieta, Sagrada Familia… son algunos de los mundos posibles y/ o improbables que Rosana nos presenta a
modo de paradoja.
El circo de la luna, Maneras de vivir, Amnesia, Uniformemente
acelerados, Vasos comunicantes, Sobresaliente, Les petites morts, Tributo, De
extinciones, Espejismos, El domador… son otros de los que forman parte los mundos de ensueño y/ o pesadilla.
Rosana nos muestra el
camino para poder ver esos otros mundos que nos rodean, pero deberemos ser
nosotros mismos los que terminemos por descubrirlos. Porque sí, están aquí a
nuestro alrededor, aunque no seamos conscientes, aunque no sepamos verlos.
Sirva todo lo anterior,
para aconsejar la lectura de este muy buen libro de microrrelatos.
Más datos y reseñas
exhaustivas, clic aquí.
DESAPARECIDA
¿Qué quiere?, dijo observándome desde
la puerta entreabierta. No reconocí en ella a la joven de la fotografía, sólo
existía un aire familiar. Su marido me había hablado de una fragilidad que
desmentían las manos en la caldera y esa mirada desafiante. Un niño flaco se
agarró a sus piernas dejando un rastro de mocos en el delantal. Le expliqué los
motivos de mi visita y cerró la puerta sin más. Di por concluido el caso
LES PETITES MORTS
Por la mañana, mientras ellos dormían, bajó a
la playa. Las aguas habían vuelto a dejar su ofrenda después del primer
temporal del otoño. En la orilla, el cubo y la pala rojos con los que tanto le
gustaba jugar y que nunca echó de menos el verano que le regalaron las gafas de
bucear y las aletas. También estaban allí junto a otros objetos olvidados, un
libro con el mismo olor a sal que tenía la piel de su prima y el reloj de
pulsera con la esfera rota. Se introdujo en el mar, abajo flotaban como mudas
de serpiente el niño y el adolescente que
había sido. En esta ocasión le costó desprenderse, incluso dolió.
Su
familia no percibió el cambio, tan solo el gato se erizó al verle
2 comentarios:
Gran libro el de Rosana. Tuve la suerte de participar en el proceso editorial de "Los otros mundos" y fue una gozado ir desgranando sus textos. Le ha quedado un libro redondo que tendrá una larga vida. Un abrazo.
¡¡¡¡ Gracias David!!!
Ahora mismo esta reseña a la colección de reseñas del blog del libro.
Gracias por avisarme, ando tan perdida últimamente en los mundos de pesadilla de los recortes que me pierdo cosas.
Me gusta mucho esta frase: o mejor aún, 99 mundos de realidad flotando en éste, nuestro mundo de fantasía.
Porque cada vez más estoy convencida de que el mundo irreal es este en el nos movemos, como en un gigantesco escenario.
¡Un abrazo!
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