Imagen tomada de la Red
Nochebuena, para casi todos
Tío Juan coge una pandereta y se
lanza a cantar un villancico; enseguida se le unen tío Alfredo y tía Tere. En
la cocina, con ayuda de mamá, la abuela Rosario sirve en los platos el cordero
que con cariño ha preparado como cada año. Y mientras, yo sigo observando a
través del frío cristal de la ventana, sin que nadie repare en mi ausencia, el
banco del parque donde estoy seguro haber distinguido a Mario, mi compañero de
clase, junto a sus padres y otros sin techo.
Familia unida
La familia se reunió un mes antes
como si el reloj hubiera adelantado sus agujas. Tío Antonio cogió en brazos al
pequeño Iván y empezó a cantarle villancicos. Pronto se animaron tía Trini y
mis primas de Roma. La abuela Rosario servía la cena en los platos cuando sonó
el timbre: como siempre tío Agustín era el último en llegar, a saber dónde se
entretenía. Y yo me despistaba con las luces parpadeantes del árbol de Navidad
puesto a propósito esa misma mañana por papá.
Parece que este año al menos el ensayo iba por buen camino.
1 comentarios:
Episodios de Navidad que conocemos bien. El primer texto con esa tristeza que implica la miseria.
David, Felices Fiestas!
Nos seguimos leyendo.
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