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martes, 8 de mayo de 2012

Amor de una noche


Siempre me has contado que ese hombre llegó una noche con la lluvia, que buscaba refugio, que iba empapado. Que te dio pena, que le dejaste pasar. Que maldita soledad la tuya. Que qué bien le quedaba el pelo mojado y cómo brillaban sus ojos al calor de la hoguera. Que parecía una buena persona y que una cosa llevo a la otra con el crepitar de la leña como único testigo.
Que muy a tu pesar, a la mañana siguiente, el aguacero había desaparecido. Y misteriosamente con él, ese hombre que ya era mi papá, también.
Y de nuevo, la sequía y la soledad de siempre hasta que nací yo nueve meses después. Que te pusiste muy contenta, que no cambiarías nada, que darías la vida por mí. Que las ausencias ya no fueron tales conmigo cerca.
Pero me entra la duda cuando veo abalanzarte hacia la ventana, con el corazón encogido, en cuanto suenan los primeros truenos de una tormenta que no rompe, esperando la venida de un imposible. Y aunque repites una y otra vez que sabes que ya nunca regresará, la ilusión se dibuja, por un segundo, en tu rostro.
Maldita soledad.


Este micro participó en el concurso de abril de Esta noche te cuento, cuyo tema era "Lo que trajo la lluvia".

8 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

David, es una historia triste en el que la esperanza vive muy apagada. Hubo una época en que las madres solteras se debían esconder, eran las ovejas negras y que estaban destinadas a vivir solas toda su vida.

Me gustó como hilaste este relato y que participes en este concurso.

Un abrazo.

Mar Horno dijo...

Es precioso, y destila soledad y desamor por los cuatros costados. Recuerda a otros tiempos. Me gustó mucho cuando lo leí en el Blog de Esta noche te cuento, para mí hubiera sido finalista. Una abrazo.

Laura dijo...

Davis, es un precioso texto que ya leí en ENTC. Ese final mirando por la ventana ...parece que lo esté viendo ... Creo que te dejé un comentario allí, y si no lo hice, ya puedes perdonarme (sería que iba con prisas).

Coincido con Mar. De los que pude leer, me pareció finalista.

Un abrazote.

CDG dijo...

Muy bueno, Nicolás. Bien narrado, con fuerza. Y un final que logra que veamos esa esperanza en el rayo que no cesa, en el cielo o en las entrañas de esa madre.
Saludos.

Juan dijo...

Original manera de contar y tratar un ambiente de soledad, ilusión y desilusión al mismo tiempo. Melancolía pura y dura. Saludos

Rosa dijo...

La esperanza no se pierde...Aunque nos desesperemos en la espera. Me ha gustado.

Besos desde el aire

Miguelángel Flores dijo...

Creo que ya te lo comenté allí. Me gusta mucho, destila ternura, nostalgia. Quizá, a mi entender, le sobra la última frase. Lo dejaría en ese rostro ilusionado.
Un abrazo, Indio.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

La esperanza nunca se pierde si es regada.

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microSeñales de Humo por David Moreno se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.