Lucas observa a través de la
escotilla de la nave espacial (la ventana de su habitación) que le rodea una
atmósfera gris apocalíptica (un cielo nublado), amenazando con descargar
infinitos rayos y bolas de fuego sobre su cabeza (una tormenta).
Las tropas enemigas toman
posición y rodean su asentamiento (viandantes dirigiéndose con prisa al trabajo
o a casa o a comprar).
Debe andar con cuidado, si quiere
llegar sano a su destino y lograr el objetivo.
Abre la compuerta trasera (la
puerta del portal), armado con un fusil (un paraguas), se oculta en unas
trincheras cercanas (detrás de una columna) y vigila su entorno ante cualquier
movimiento.
El silencio de repente se hace
intenso y sólo se rompe por un murmullo procedente del viento al chocar con los
montículos de tierra extendidos por todo el lugar (con los edificios
colindantes).
Finalmente, ante la quietud de
los acontecimientos, decide salir a toda velocidad con el fusil apuntando hacia
delante (el paraguas abierto de par en par) y abriéndose camino entre las
tropas enemigas (viandantes dirigiéndose al trabajo o a casa o a comprar con
prisa para evitar la lluvia).
Cuando ya casi tenía su destino
al alcance de la vista (la oficina donde trabaja) el enemigo (un compañero de
trabajo) le asalta por sorpresa (le agarra por el brazo) y le interroga dónde
va y cuál es su misión (le pregunta si está malo, que tiene mala cara esta
mañana). Y cuando está a punto de vaciar toda la munición del fusil sobre él (a
punto de propinarle un paragüazo) un fuerte aguacero empieza a caer sobre sus
cabezas y le devuelve a la cruda realidad (no es ningún héroe y su rutinaria
jornada laboral está a punto de comenzar).
12 comentarios:
David, cuantos personajes pululan por ahí creyéndose sus propias mentiras o su realidad deformada. No es que estén locos, solo es su forma de afrontar la realidad. Me gusto estas historias paralelas donde nada es lo que parece, ni la realidad misma.
Abrazos.
Micro que habla de realidades paralelas, de historias para salir de la rutina... Saludos
Eso, eso me pasa a mí por las mañanas ..ja,ja...cojo mi carpeta a modo de escudo y voy sorteando a las tropas enemigas (perros sueltos y baldosas rotas) hasta la oficina. Cuando llego, aterrizo muy despierta y alguien me pregunta ...¿llueve?...(olvidé secarme el pelo...).
Felicidades por tu micro a dos bandas, porque me ha encantado David, y ejem, (sin que pienses que estoy loca) ...me he visto reflejada (un poquito)...ji,ji.
Un beso.
Una vida entre paréntesis que nos da un respiro de la otra, la rutinaria, la aburrida. O tal vez una sarta de mentiras y locuras que nos alejan y despistan de los objetivos verdaderos. A saber.
Me gustó.
Un saludo indio
Muy buena esa vida contada de una manera o encorsetada entre paréntesis. Ojalá fueran la misma siempre.
Un saludo (un saludo).
Me parece buenísimo el juego del doble registro, una gozada. Me he reído cuando estaba a punto de darle el paraguazo al amigo, la verdad es que los que intentan sacarnos de los sueños siempre lo merecen...
Besos
Extraordinario alarde de manejo de la estructura, David. Fantástico.
A mí me gusta su vida fuera de los paréntesis. La otra es igual de aburrida que la de la mayoría.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Hay jornadas laborales que están hechas sólo para héroes.
Jajaja, hasta el último párrafo no me he enterado que no era un niño el tal Lucas. Qué buena esa voz realista, o esa otra voz sin más. Jajaja, estoy convencido que tenía mucha fiebre, que le ocurre como a algún personaje de Millás, que les hace apreciar otra realidad. Felicidades, Indio, me gustó mucho cómo te quedó.
Un abrazo, sentado en el suelo.
Este doble juego me ha encantado y también es muy visual, tanto lo de fuera del paréntesis como lo de dentro.
Besitos
Me recuerda al delirante protagonista de La caída del Museo Británico, una novela que me hizo reír a carcajada limpia y no es tan grueso ni fue tan vendido como para que al recordarlo la Amazonia se eche a temblar :-)
Que buen debut para mi al leerte, me encantó tu historia, tan parecida a la mía, (vivo soñando) tratando de esquivar la realidad que es aburrida.
Te dejo un abrazo desde el otro lado del charco.
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