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viernes, 15 de junio de 2012

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Lucas observa a través de la escotilla de la nave espacial (la ventana de su habitación) que le rodea una atmósfera gris apocalíptica (un cielo nublado), amenazando con descargar infinitos rayos y bolas de fuego sobre su cabeza (una tormenta).
Las tropas enemigas toman posición y rodean su asentamiento (viandantes dirigiéndose con prisa al trabajo o a casa o a comprar).
Debe andar con cuidado, si quiere llegar sano a su destino y lograr el objetivo.
Abre la compuerta trasera (la puerta del portal), armado con un fusil (un paraguas), se oculta en unas trincheras cercanas (detrás de una columna) y vigila su entorno ante cualquier movimiento.
El silencio de repente se hace intenso y sólo se rompe por un murmullo procedente del viento al chocar con los montículos de tierra extendidos por todo el lugar (con los edificios colindantes).
Finalmente, ante la quietud de los acontecimientos, decide salir a toda velocidad con el fusil apuntando hacia delante (el paraguas abierto de par en par) y abriéndose camino entre las tropas enemigas (viandantes dirigiéndose al trabajo o a casa o a comprar con prisa para evitar la lluvia).
Cuando ya casi tenía su destino al alcance de la vista (la oficina donde trabaja) el enemigo (un compañero de trabajo) le asalta por sorpresa (le agarra por el brazo) y le interroga dónde va y cuál es su misión (le pregunta si está malo, que tiene mala cara esta mañana). Y cuando está a punto de vaciar toda la munición del fusil sobre él (a punto de propinarle un paragüazo) un fuerte aguacero empieza a caer sobre sus cabezas y le devuelve a la cruda realidad (no es ningún héroe y su rutinaria jornada laboral está a punto de comenzar). 

12 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

David, cuantos personajes pululan por ahí creyéndose sus propias mentiras o su realidad deformada. No es que estén locos, solo es su forma de afrontar la realidad. Me gusto estas historias paralelas donde nada es lo que parece, ni la realidad misma.

Abrazos.

Juan dijo...

Micro que habla de realidades paralelas, de historias para salir de la rutina... Saludos

Laura dijo...

Eso, eso me pasa a mí por las mañanas ..ja,ja...cojo mi carpeta a modo de escudo y voy sorteando a las tropas enemigas (perros sueltos y baldosas rotas) hasta la oficina. Cuando llego, aterrizo muy despierta y alguien me pregunta ...¿llueve?...(olvidé secarme el pelo...).

Felicidades por tu micro a dos bandas, porque me ha encantado David, y ejem, (sin que pienses que estoy loca) ...me he visto reflejada (un poquito)...ji,ji.

Un beso.

Xesc dijo...

Una vida entre paréntesis que nos da un respiro de la otra, la rutinaria, la aburrida. O tal vez una sarta de mentiras y locuras que nos alejan y despistan de los objetivos verdaderos. A saber.
Me gustó.

Un saludo indio

CDG dijo...

Muy buena esa vida contada de una manera o encorsetada entre paréntesis. Ojalá fueran la misma siempre.
Un saludo (un saludo).

Susana Camps dijo...

Me parece buenísimo el juego del doble registro, una gozada. Me he reído cuando estaba a punto de darle el paraguazo al amigo, la verdad es que los que intentan sacarnos de los sueños siempre lo merecen...
Besos

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Extraordinario alarde de manejo de la estructura, David. Fantástico.

A mí me gusta su vida fuera de los paréntesis. La otra es igual de aburrida que la de la mayoría.

Mis aplausos.

Un abrazo,

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Hay jornadas laborales que están hechas sólo para héroes.

Miguelángel Flores dijo...

Jajaja, hasta el último párrafo no me he enterado que no era un niño el tal Lucas. Qué buena esa voz realista, o esa otra voz sin más. Jajaja, estoy convencido que tenía mucha fiebre, que le ocurre como a algún personaje de Millás, que les hace apreciar otra realidad. Felicidades, Indio, me gustó mucho cómo te quedó.
Un abrazo, sentado en el suelo.

Elysa dijo...

Este doble juego me ha encantado y también es muy visual, tanto lo de fuera del paréntesis como lo de dentro.

Besitos

Odys 2.0 dijo...

Me recuerda al delirante protagonista de La caída del Museo Británico, una novela que me hizo reír a carcajada limpia y no es tan grueso ni fue tan vendido como para que al recordarlo la Amazonia se eche a temblar :-)

El moli dijo...

Que buen debut para mi al leerte, me encantó tu historia, tan parecida a la mía, (vivo soñando) tratando de esquivar la realidad que es aburrida.
Te dejo un abrazo desde el otro lado del charco.

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