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lunes, 14 de enero de 2013

Sentido sin alguno


Sentido sin alguno es el libro de microrrelatos cuyo autor Agustín Martínez Valderrama ha publicado junto a la editorial Talentura.

Agustín administra desde hace tiempo la bitácora Previsiones meteorológicas de un cangrejo que aconsejo visitar si no se ha hecho todavía.
Por la red circulan unas cuantas reseñas muy completas, la más profesional la de Manuespada.
Personalmente me atrevo a decir que Agustín es el microrrelatista surrealista por excelencia, genera situaciones, mundos donde nadie lo haría, juega con la forma y con el fondo, hipnotiza las palabras, altera su orden, su esencia, hasta el punto de suicidarlas en este libro. Pero suicidio no gratuito, porque este tema para Agus es extraordinariamente vital. Caer por las alturas de un edificio no es el fin sino el comienzo de una historia, su alma. Incluso es capaz de retener al suicida suspendido en el aire para que lo observemos todos, sin caer al suelo.
En su escritura destaca además la originalidad, atrevimiento, toma de riesgo, búsqueda de nuevos caminos, ironía, elegancia, humor (ácido, negro), concisión y precisión.
Sentido sin alguno no deja indiferente al lector.

Entre los títulos que me parecen inolvidables y que alguno de ellos han sido merecedores de premios como por ejemmplo vencedor de relatos en cadena se encuentran: El hombre elefante, Carne rebozada, Globalización, Equilibrio, Sonámbulo, Outsiders, Adiestramiento, Progreso, La porra, Íncipit, Flechazo, Atrezzo, SITCOM…

Sirva esta humilde reseña para aconsejar la lectura de este ejemplar. 

Adjunto dos microrrelatos de Sentido sin alguno y al final uno mío, pequeño homenaje al mismo.

Flechazo
Coincidieron en el tercero. Ella tendía la ropa. Él se dejaba caer por el patio de luces.
Carne rebozada
La cena se enfriaba en la mesa y nuestro vecino seguía igual. Desnudo, subido en una silla y con una soga al cuello. A veces, bajaba y deambulaba cabizbajo por la habitación. De aquí para allá. De allá para aquí. Luego volvía a subirse, se anudaba la cuerda y colocaba los pies en el filo. Así llevaba toda la tarde. Nosotros, desde la ventana, lo observábamos expectantes. Papá decía que sí. Mamá decía que no. Pero el hombre, que si sí, que si no, no se decidía nunca. Al final, corrimos las cortinas y nos sentamos a la mesa. La carne rebozada fría no vale nada.

El suicida
Se precipita desde la azotea cegado por los rayos de un sol de verano. Mientras cae, repasa las desgracias que le han empujado a este salto, tiene tantas que teme no llegar a todas. A mitad del edificio se ve rodeado por un remolino de hojas de ocres colores, huele a otoño y sigue cayendo. Próximo al suelo empieza a nevar y los copos se le meten en la boca, no saben a nada como su vida hasta hace unos segundos porque ahora recuerda para su desgracia que nunca ha hecho un muñeco de nieve. Y tiene frío. Tirita. Y se arrepiente.

3 comentarios:

CDG dijo...

Muy buenos. Buena recomendación
Un saludo.

Laura dijo...

Excelente también tu reseña David. Ya leí la de Manu, y tengo el libro. Me gusta su formato, su forma y estilo. Creo que es una acertada decisión para quien comience a leerlo.

Un abrazo ¡reseñador! (que esto no lo sabía)... ;)

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Muy buena reseña, David, con la que concuerdo en gran medida.

Los reyes me dejaron Sentido sin alguno y lo estoy disfrutando de a sorbitos estos días.

Suscribo, también, el inicio de tu entrada diciendo que Las previsiones de Agus es una parada imprescindible en mi itinerario de lecturas.

Un abrazo,

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microSeñales de Humo por David Moreno se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.