Imagen tomada de la Red
Se conocen por casualidad en Internet
y no tardan en llegar a la conclusión de que son vecinos. Esa misma noche
acuerdan una cita a ciegas en el
rellano de la 5ª planta. Laurita 13
sube por las escaleras ilusionada. Sin darse cuenta, en cada peldaño que asciende
su cuerpo va madurando y se moldea hasta convertirse en una bella mujer. Sebastián 81 debido a los problemas de
cadera que padece toma el ascensor en el último piso, en cada planta que
desciende se le desprenden unas cuantas arrugas de sus manos, ya lisas cuando
alcanza el lugar de encuentro. Allí quedan paralizados.
6 comentarios:
Tan cerca y tan lejos, y tan cerca al cabo.
Me gusta que nos dejes imaginar como continua David.
Un abrazo.
Muy sugerente.
Tierno y enigmático, de final abierto para que sea el lector quien lo cierre. Saludos
Me gusta mucho el cuento, como lo planteas, su desarrollo, el final abierto que pertime al lector tomar distintos caminos, pero creo, si me permites, que con una menor diferencia de edad resultaría más sugerente. Por lo demás me ha encantado. Abrazos.
El juego de la diferencia los hace iguales en su soledad. Me ha encantado.
Salud(dos)
¡Ay, qué penita, ese quedarse paralizados!
Un par de besos.
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