Viaje imaginario al Archipiélago
de las Extinta es el libro de microrrelatos que Susana Camps publicó en abril
con la editorial Talentura.
Susana ya había publicado crítica literaria,
entrevistas y artículos de investigación, la novela
El sueño robado (Montesinos), el estudio
La literatura fantástica y la fantasía (Mondadori), relatos (Turia,
Lucanor, antología Contes de Nadal) y microrrelatos (antología Mar de pirañas,
Menoscuarto y antología de Talentura).
Además administra el blog
Los martes micro y organiza clubes de lectura.
Por todo esto hablamos de una
escritora de sobrada trayectoria y talento demostrado, poco más diré al respecto.
Destacan en este libro el título,
la portada, la presencia de gran cantidad de términos marineros, leyendas,
naufragios, sirenas, piratas, polizones… donde desde el primer texto con sus
líneas adoptando la forma magistral de una galera nos invita a subir en ella y
recorrer cada isla del Archipiélago.
Me fascinaron Exploración;
Moluscos; Lobo de mar; Sospecha; Cronología de unas manos; Ristel; Ausencia;
Buenos propósitos; Hacerse hombre; Responsabilidad; Perspectivas; Tránsito; I’m
here… así que si no han leído Viaje imaginario, háganlo.
En este Viaje imaginario podemos comprobar el dominio que atesora con las palabras, su prosa refinada, con sustancia, con jugo, a veces no apta para el lector cómodo, ocioso, que lo quiere todo hecho, te obliga a leer con atención, a participar en la historia. Félix Terrones lo expresó así: "el lenguaje del microrrelato en este libro adquiere espesor, se complejiza, roza otros géneros como el poema en prosa o la prosa poética sin desnaturalizarse sino más bien adquiriendo otros contornos".
En este punto haré una clasificación,
una distinción un tanto maniquea, lo sé, pero que creo se da en el género del
microrrelato y me posicionaré en una de las opciones, aunque ni todo es negro
ni todo es blanco. Por un lado los que consideramos que un microrrelato más
allá de una página pierde fuerza, disminuye su tensión narrativa, deja quizá de
ser microrrelato para ser un cuento, un relato breve… y los que este límite no
lo contemplan, y como Susana muestra textos de hasta nueve páginas. Para mí es
importante que el lector tenga una visión global de la extensión de la
historia, que conozca el cuerpo al instante, en un vistazo y descubra su alma activamente.
Otra característica que noto en
Susana es que para ella, el viaje en sí mismo ya es importante, no deja para el
final lo que ha podido expresar en el resto del texto, lo que es un acierto. No contempla como vital
un final sorpresa, un final con efecto guillotina. Y es verdad que a veces se
abusa de esta herramienta, pero a mí personalmente, si está bien conseguido el
efecto, me gusta, me conmueve, lo necesito de vez en cuando. Esta es otra doble
vertiente de sentir el género.
¿En cuál estás? ¿Qué opinas?