Imagen tomada de la Red
Lucas recuerda
nostálgico la época en que Sandra era capaz de darle diez besos seguidos, sin
pestañear, tras susurrarle nueve “tequieros”. El pasado día ocho
cumplieron su aniversario número siete pero algo no marchaba bien y quedaron a
las seis, a la salida del trabajo, para ir a cenar y hablar de la situación.
Cinco minutos fueron los que ella tardó en aparecer, demasiado, teniendo en
cuenta que siempre llegaba con antelación a las citas. “Cuatro cosas he de
contarte”- fueron sus primeras palabras. “Nuestra relación es cosa de
tres. Hace dos meses conocí a Juan y un desliz cometí”.
7 comentarios:
Original e ingenioso a la vez
David, ingeniosa cuenta atrás de una relación que desfallece por esa suma de un elemento nuevo.
Abrazos.
Para tener en cuenta. Si tu pareja comienza quitando en lugar de añadiendo, ya puedes temblar.
Un abrazo grande.
Me gusta el relato, muy bien pensado y llevado. Quizá cambiaría el tono del cuatro y del dos. Le dan un tono "Siglo de Oro" pero, personalmente, me desentona algo con el resto. Pero claro, sólo e smi opinión y tú de esto sabes mucho más.
Salud.
Gracias por vuestros comentarios y en especial a Miguel Ángel, por su comentario crítico constructivo. Lo tendré en cuenta y le daré un repaso; también te diré que de esto no sé ni más ni menos que cualquiera de vosotros, este tipo de opiniones y comentarios me gustan muuuuucho. Gracias
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Tras algo así, uno se siente como un cero.
El cual es un buen número para.... empezar. Cero, uno, uno busca a dos....
Muy bueno!!
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