Rubén Rojas Yedra
SENTIRSE
Se entrenaban para estar muertos.
Al principio él dejó de afeitarse y ella olvidaba arreglarse el pelo. Evitaban
saludarse y contestar llamadas y poco a poco el silencio invadía la casa. Ella
le apartaba la mano cuando él la posaba en su rodilla; él giraba la cabeza
cuando ella amanecía con el rostro apagado. Antes de estarlo, la muerte les
venía por dentro.
Los últimos meses acostumbraron a visitar los acantilados. Los vi acercarse muchas veces al precipicio, muy
juntos, con la mirada fija en el horizonte. Venían a consumir atardeceres.
Elena Casero
CAPRICHOS DE JUVENTUD
Elena Casero
CAPRICHOS DE JUVENTUD
Déjala a ella que sea pájaro. Y
la dejé, como siempre, por no discutir con mi mujer. Siempre acaba saliéndose con la suya. La primera vez fue pez globo. Después quiso ser unicornio para
trotar por la pradera. Más tarde, sirena, y se alejó hacia el mar, hasta que se
cansó del picor de las escamas.
A mí me disgusta que reniegue tanto de nuestra especie, pero la juventud es inconstante y caprichosa. Temo
que, si sigue así, acabará con la espantosa apariencia de un ser humano.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Si tienes algo que decir, algo que opinar, algo que aportar, si te ha gustado, si te ha parecido aburrido, si tienes alguna queja, en definitiva si te ha sugerido algo, sólo tienes que comentar.
Si lo haces te doy las gracias, si prefieres callártelo, también te las doy.