Fran Rubio Consuegra
VIAJE REPETIDO
Ese maravilloso viaje que le
habían prometido su hija y el yerno se convirtió, otro año más, en un corto
recorrido de 14 km hasta la residencia. Desde allí dejarían al perro en otra,
le habían dicho, antes de dirigirse a la costa. Como hacían siempre en verano.
- El año que viene sí, papá.
Iremos todos juntos, ya verás. Pásalo bien, <<muaccc>>.
El viejo dio media vuelta y se
dirigió hacia la entrada por el caminito repetido, asiendo la maleta con el
inútil bañador dentro de ella. <<A ver si este año os acordáis de quitar
el perro de las fotos, cabrones>>, iba pensando en voz alta.
Mar Horno
O UNA COLUMNA DE HUMO
A la cola, como todo el mundo, lo
pusieron. Subió un poco la cabeza y vio una larga fila. Sin querer, empezó a
imaginar que todos eran una sarta de cuentas de un collar infinito. Una larga
cadena de preciosos eslabones dorados. Una hilera de olivos de su tierra amada.
Una línea discontinua de una carretera que desembocaba en la playa. Una bandada
de pájaros que volaba hacia el sur. Una ristra de conchas marinas unidas por un
hilo de plata. Una retahíla de palabras que formaban un poema, y se olvidó,
completamente, de que solo eran una recua de reses. Y al fondo, los hornos
crematorios.
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